La vida de Ada Matus resume un conjunto de conflictos que evidencian los tabúes que la sociedad moderna no logra superar y se empeña en disimular. Y muestra la difícil tarea de sobrevivir en un sistema cultural que premia el éxito banal y condena la fragilidad.
Perseguida desde niña por el abandono, Ada atraviesa los contextos del arte y el exilio en la compleja búsqueda de espacios donde poder canalizar sus impulsos vitales.
La mirada de Ada no hace concesiones, quizá porque ella misma nunca las pudo experimentar. Ada es música, inmigración irregular, política, sexo prohibido, diversidad, dolor, ternura y esperanza.
La voz de Ada puede resultar molesta, pero es necesaria y llega a aquellos sitios del lenguaje donde los eufemismos no tienen lugar.